La emergencia sanitaria llegó como una dura experiencia de vida, así como el oro para ser probado Cada relación ya sea afectiva, familiar o profesional es probada a diario. En esta se entrelazan el carácter, madurez, cultura, costumbres, perspectivas, ideales, creencias, estrés y se muestran de manera casi tangible en confinamiento.
La relación de poder que culturalmente se asume por todos los actores, por ejemplo padre-madre, padres-hijos, jefe-empleado, y la forma en la que la figura de poder concibe al que aparentemente es más débil influye enormemente en sus interacciones.
En confinamiento lo que dentro de la relación familiar pasaba aparentemente desapercibido resulta ahora visible, una de ellas, el descontrol del temperamento o mal llamado “carácter fuerte”
El ser humano con carácter es una persona que reflexiona antes de actuar, que logra controlar sus emociones y sabe gestionarlas.
Sin embargo la poca gestión emocional, falta de valores, limitada capacidad de escucha y baja autoestima se ven expuestas en el diario vivir entre estas cuatro paredes llamado “hogar”, por lo tanto el resultado de los matrimonios, parejas, terminan en separaciones, divorcios, violencia naturalizada y hasta la muerte.
“Para el 30 de agosto ya eran 63 casos de femicidio, la fiscalía reveló que desde el 20 de abril se recibieron en promedio 52 denuncias por violencia de género o intrafamiliar. Son 5208 denuncias hasta el 24 de agosto de este año”. Fuente: Diario El Universo
Aquellos niños expuestos a seguir sufriendo un entorno de violencia, en el futuro podrían reproducir este mismo fenómeno. Es importante detener este porvenir tomando las decisiones en el momento oportuno.
Para esto, tomaremos el ejemplo de aquellas familias que, a través de diferentes técnicas, logran convivir hasta ahora. Lograron compenetrarse, se organizaron y buscaron soluciones, mostrando empatía por ese otro que comparte la mesa.
Estrategias que aplicaron estas familias para salir adelante:
- El respeto mutuo: en donde todos los integrantes de la familia son igualmente importantes.
- Organizarse: cada uno con varias responsabilidades asignadas y que todos las cumplan a cabalidad.
- Establecer rutinas y crear espacio de juegos lúdicos para toda la familia: con el fin de bajar tensiones, ansiedad o estrés.
- Practicar la empatía y la escucha activa: ya que es el tiempo en dónde necesitamos descargar en cierta medida la presión psicológica y el estrés que conlleva este proceso.
- Aprender a respirar: parece que esta recomendación estuviera fuera de lugar, pero no! Hacer esto ayuda a tomarse unos minutos para relajarse y poder pensar con más claridad.
- Practicar el amor que en algún momento profesamos: Dicho amor hacia uno mismo y a los demás.
Psic. Pilar Vera
Consejera Estudiantil Inicial